lunes, 3 de enero de 2011

¿Y si de pronto todos despertasen de golpe, colectivamente?...

El soldado arrojaría lejos el arma.
El explotador enrojecería, pediría disculpas y buscaría cómo reparar el error.
El religioso comprendería que el sentido superior de toda espiritualidad es el Amor, y lo convertiría en su Guía.
El delincuente lloraría al recordar ciertas cosas, y enderezaría su corazón.
El rencoroso perdonaría.
El envidioso comenzaría a alegrarse por el bien ajeno.
El ambicioso comprendería que no le hacía falta tanto como pretendía, que eso era parte de la pesadilla, y su impulso hacia conseguir grandezas para sí mismo, lo reencauzaría hacia grandes conquistas para el bien de todos.


Fuente: Enrique Barrios
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